Entrevista en El Cultural a Iñaki Ábalos de Antón García-Abril sobre su actual situación corporativa en Abalos&Herreros.
Iñaki Ábalos ha emprendido carrera en solitario aunque sigue compartiendo algunos proyectos con Juan Herreros, la otra mitad del conocido estudio madrileño. Hoy trabaja con mayor independencia, sin cambiar de sede pero ampliando miras y dirigiendo su mirada profesional hacia Estados Unidos: “Ha habido un trasvase de conocimientos con aquel país”, asegura. Y nos habla aquí de su nuevo rumbo, de lo complicado del urbanismo en España, del diseño de la ciudad actual, de la sostenibilidad y del pragmatismo en la Arquitectura.
–Ábalos & Herreros es una marca que está actualmente reorganizando su estructura y modificando su estrategia. ¿Cómo lo están haciendo?
–Ese marco corporativo, ¿les dota entonces de alguna identidad arquitectónica común?
Un papel experimental
–¿Cómo se reparten la visibilidad, el liderazgo y los roles dentro del estudio?
–Veo coherente la posición de modelo empresarial que habéis tomado con respecto a vuestra posición crítica sobre el pragmatismo americano. Una gran corporación, con tres líneas de negocio.
–¿Qué es lo que más le interesa de entre todas esas direcciones? ¿Dónde está más cómodo ahora, en la versión ensayística, en la académica o en la constructora?
–Cuando empecé a estudiar el hecho de construir como última necesidad no era imprescindible en arquitectura. De nuestros grandes gurús, no construía ninguno.
La apuesta por lo emergente
–Han proyectado su carrera hacia Estados Unidos. ¿Ha sido el azar o es verdaderamente voluntad suya?
–Ellos urgan en el contexto cultural...
–Con esas mutaciones camaleónicas de las que hablaba antes se han instalado en muchos movimientos. ¿Dónde están ahora?
El diseño de la ciudad
–¿Por qué han abandonado el diseño de la ciudad, estando como ustedes concienciados con los aspectos más generales de la arquitectura?
–La pregunta es ¿cómo conseguir densidad sin deshacer el concepto clásico de la ciudad?
–Hoy vivimos en una ciudad de ratios, más que de ideas o de modelos. Volviendo a Estados Unidos: un observador medianamente atento verá que Europa, que hasta ahora había estado empujando toda la vanguardia arquitectónica, está aparentemente anquilosada y los americanos están recuperando esa inercia que habían perdido en los últimos veinticinco años. Las obras que más interesan ahora son las que se están planteando allá.
–Históricamente, en el siglo XX, eso siempre ha sido así...
–¿Qué opina de una ciudad menos estética y más infraestructural?
–¿Cree que entonces los poderes políticos no están cuidando ese talento?
Las respuestas aquí
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